A casi dos meses de dejar la presidencia, Andrés Manuel López Obrador recibe una pensión mensual de 21,659 pesos y cuenta con un esquema de seguridad proporcionado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en su residencia en Palenque, Chiapas, conocida como «La Chingada». La Sedena confirmó esta información a través de una solicitud de transparencia, asegurando que el exmandatario cuenta con protección en su domicilio familiar, herencia de sus padres.
Protección militar en La Chingada
La finca «La Chingada», ubicada en el sur de México, ha sido equipada con medidas de seguridad adicionales desde que López Obrador dejó Palacio Nacional. La Sedena ha instalado cámaras de videovigilancia y reforzado el perímetro con cercas y vigilancia permanente. La presencia militar en el área es continua, con elementos de seguridad monitoreando la zona y puntos estratégicos, incluida una estructura cercana que facilita el monitoreo de los alrededores. Aunque el expresidente había criticado en su administración el uso de grandes equipos de seguridad, su propia finca ahora cuenta con una escolta militar, lo cual refleja la importancia de asegurar su protección.
La postura de AMLO sobre la seguridad para expresidentes
Durante su presidencia, López Obrador eliminó las pensiones y escoltas personales que antes se asignaban automáticamente a los expresidentes. Sin embargo, en 2019 accedió a que Vicente Fox y Felipe Calderón contaran con protección militar limitada después de que ambos solicitaran apoyo debido a incidentes de seguridad. Cada expresidente recibió un equipo de ocho elementos de seguridad, medida que López Obrador justificó como necesaria para protegerlos en caso de ser necesario, aunque sin los beneficios previos que incluían equipos del desaparecido Estado Mayor Presidencial.
La seguridad de Claudia Sheinbaum
A diferencia de sus predecesores, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ha adoptado un enfoque austero respecto a su protección. Incluso tras asumir el cargo, Sheinbaum mantiene contacto cercano con la ciudadanía y realiza giras por el país, apoyada por un equipo de ayudantía que la acompaña sin armas visibles y manteniendo la accesibilidad con el público. Su estrategia refleja la filosofía de la Cuarta Transformación, que busca una proximidad continua con los ciudadanos.
Sheinbaum ha optado por no ampliar su seguridad personal, a pesar de los riesgos asociados a su posición, argumentando que un equipo de seguridad adicional podría alejarla de la gente. En lugar de ello, utiliza una camioneta y mantiene solo el equipo esencial para asegurar su protección en eventos públicos y traslados.
Contexto de la seguridad para los expresidentes
La protección militar asignada a López Obrador surge en un contexto en el que México enfrenta altos índices de inseguridad. Aunque AMLO había restringido los privilegios a expresidentes, la Sedena adoptó un modelo de protección adaptado a las necesidades de seguridad actuales. Esto no es exclusivo de López Obrador, ya que gobiernos anteriores también implementaron medidas para salvaguardar a los exmandatarios, particularmente tras eventos que comprometieron la seguridad de figuras públicas en el país.
Las decisiones de López Obrador durante su mandato sobre la seguridad de expresidentes y su actual modelo de protección ilustran un cambio en el enfoque hacia la seguridad, adaptándose a los recursos y al contexto sin los excesos de administraciones pasadas. Su pensión y el esquema de protección en su finca de Palenque son consistentes con su visión de una “seguridad sin lujos” para los exmandatarios, pero que asegura una vigilancia constante.