Cuando se piensa en licores mexicanos, el tequila y el mezcal son las primeras bebidas que vienen a la mente, ya que ambos son emblemáticos de la tradición y cultura del país. Sin embargo, México cuenta con una rica variedad de otros destilados que reflejan la diversidad de sus regiones y el ingenio de sus productores. Desde el sotol y la raicilla hasta el bacanora y el charanda, cada uno de estos licores tiene una historia particular y un sabor único que merece ser descubierto. En este artículo, exploraremos la producción de estos licores menos conocidos pero igualmente auténticos, que son parte del legado cultural de México.
1. Sotol: El destilado del norte de México
El sotol es un licor tradicional que se produce principalmente en los estados de Chihuahua, Coahuila y Durango. A diferencia del tequila y el mezcal, que se elaboran a partir del agave, el sotol se destila de la planta Dasylirion, conocida también como “sotol” o “desert spoon”. Esta planta crece de forma silvestre en las áridas regiones del norte de México y requiere un proceso de producción artesanal que incluye la cocción, fermentación y destilación de los corazones de la planta.
El sotol se caracteriza por un perfil de sabor que puede ser ahumado, herbáceo y terroso, similar al mezcal pero con un toque más suave y floral. Aunque ha sido producido durante siglos, en los últimos años ha ganado reconocimiento entre los aficionados a los destilados, gracias a su autenticidad y a la promoción de pequeños productores que buscan revitalizar su tradición. El sotol es una opción perfecta para quienes desean explorar la riqueza de los licores mexicanos más allá del tequila y el mezcal.
2. Bacanora: El Espíritu de Sonora
El bacanora es otro destilado que forma parte de la herencia cultural de México, específicamente del estado de Sonora. Similar al mezcal, el bacanora se elabora a partir de la especie de agave Angustifolia Haw, que crece de forma silvestre en la región de la Sierra Madre Occidental. La producción de bacanora se remonta a más de 300 años, y durante gran parte del siglo XX fue un destilado clandestino debido a su prohibición por el gobierno.
Hoy en día, el bacanora ha resurgido como una bebida legal y respetada, obteniendo la Denominación de Origen en 2000, lo que asegura que solo los productores de Sonora puedan comercializarlo con este nombre. Su perfil de sabor es característico por ser más suave y menos ahumado que el mezcal, con notas terrosas y herbáceas que lo hacen una opción interesante para quienes buscan una experiencia diferente en el mundo de los destilados.
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3. Raicilla: El Destilado Artesanal de Jalisco
La raicilla es un licor que, al igual que el tequila y el mezcal, se elabora a partir de diversas variedades de agave, principalmente en la costa y la sierra del estado de Jalisco. Aunque su historia es muy antigua, la raicilla ha ganado popularidad recientemente gracias al reconocimiento de su Denominación de Origen en 2019. Se produce en dos regiones principales: la Sierra y la Costa, cada una con métodos de producción y características de sabor ligeramente diferentes.
La raicilla tiene un sabor distintivo, con un perfil más fresco y frutal en comparación con el mezcal, y con toques florales que le dan un carácter único. Es ideal para cócteles o para disfrutar sola, y ha comenzado a atraer la atención de mixólogos y bartenders por su versatilidad y complejidad. La raicilla es una excelente opción para quienes desean conocer los secretos de los destilados de Jalisco más allá del famoso tequila.
4. Charanda: El ron mexicano de Michoacán
Aunque no se trata de un destilado de agave, la charanda es uno de los licores tradicionales de México que merece ser mencionado. Originaria del estado de Michoacán, la charanda es un ron de caña de azúcar que se elabora a partir de la fermentación y destilación del jugo de caña y del piloncillo. La Denominación de Origen de la charanda se otorga exclusivamente a las bebidas producidas en la región de Uruapan, donde la tradición de la destilación de caña de azúcar tiene profundas raíces.
La charanda se caracteriza por su perfil dulce y especiado, con notas que recuerdan al caramelo, la vainilla y el roble, dependiendo de su tiempo de añejamiento. Aunque es menos conocida que otros destilados mexicanos, ha comenzado a ganar popularidad entre los amantes del ron y los destilados de caña, siendo utilizada en coctelería para crear bebidas con un toque auténtico y mexicano.
5. Tuxca: Un destilado puro y tradicional
El tuxca es un destilado que se produce en la región de Colima y Jalisco, a partir de distintas especies de agave. Es una bebida con un proceso de producción artesanal que se ha transmitido de generación en generación. El tuxca se distingue por su sabor potente y robusto, que refleja la autenticidad del campo mexicano y la tradición de sus productores. Aunque aún es un destilado poco conocido fuera de estas regiones, su autenticidad y el proceso de producción completamente artesanal han comenzado a llamar la atención de los conocedores.
México puede ofrecer mas que tequila y mezcal
La riqueza de la producción de licores en México va mucho más allá del tequila y el mezcal, ofreciendo una variedad de destilados que reflejan la diversidad geográfica, cultural y artesanal del país. El sotol, el bacanora, la raicilla, la charanda y el tuxca son solo algunos ejemplos de cómo México sigue sorprendiendo a los amantes de los destilados con opciones únicas y llenas de historia. Estos licores no solo representan la tradición y la identidad de las regiones donde se producen, sino que también demuestran la capacidad de México para innovar y mantener viva su herencia cultural. Explorar estos destilados es descubrir una nueva faceta del país, llena de sabores auténticos que esperan ser descubiertos.
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