La historia de las muxes en México se remonta a épocas precolombinas, particularmente en la región del Istmo de Tehuantepec, en el estado de Oaxaca. En la cosmovisión zapoteca, las muxes son personas que, aunque nacieron con cuerpo masculino, asumen roles de género que pueden ser femeninos o una combinación de ambos. A lo largo de los siglos, las muxes han sido un símbolo de diversidad de género en una sociedad que, aunque caracterizada históricamente por el machismo, ha encontrado un espacio para su existencia y desarrollo.
El significado de las Muxes en la cultura mexicana
La palabra «muxe» proviene del término «mujer» en el idioma zapoteco, adaptado para referirse a quienes rompen con la dicotomía de género tradicional. En las comunidades zapotecas, las muxes son reconocidas por desempeñar roles importantes, desde la organización de festividades tradicionales hasta la gestión de negocios familiares. Son un ejemplo vivo de cómo las culturas indígenas mexicanas poseen concepciones de género que van más allá de los modelos occidentales binarios.
A lo largo de los años, las muxes han encontrado formas de integrarse a la sociedad de manera que su identidad sea respetada y valorada. Esta inclusión en sus comunidades ha sido una característica distintiva que contrasta con la discriminación y la violencia que muchas personas de la comunidad LGBTQ+ enfrentan en otras regiones de México y del mundo.
La lucha de las Muxes por el respeto y la igualdad
A pesar de su aceptación relativa en el Istmo de Tehuantepec, las muxes no han estado exentas de desafíos y luchas. A lo largo del siglo XX y XXI, han enfrentado la discriminación tanto dentro como fuera de sus comunidades. No obstante, han sido una fuerza resiliente que ha sabido mantenerse firme en la defensa de su identidad y derechos. Las muxes han liderado campañas de visibilidad, organizado festivales culturales y realizado esfuerzos por documentar su historia y legado, logrando que su voz llegue a escenarios nacionales e internacionales.
El reconocimiento de las muxes se ha visto impulsado por el activismo de la comunidad LGBTQ+ en México, el cual ha luchado por el reconocimiento legal de identidades de género diversas y por la protección contra la discriminación. En los últimos años, la presencia de las muxes en medios de comunicación y documentales ha ayudado a visibilizar su realidad, contribuyendo a un cambio en la percepción de la sociedad mexicana.
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Amaranta Gómez Regalado: Una líder Muxe
Una de las figuras más destacadas en la lucha y visibilidad de la comunidad muxe es Amaranta Gómez Regalado, quien ha trabajado incansablemente por los derechos de las personas muxe y LGBTQ+ en México y América Latina. Nacida en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, Amaranta ha sido una voz fuerte y comprometida con la visibilidad de su comunidad.
En 2003, Amaranta se convirtió en la primera candidata muxe a un cargo público en México, marcando un hito en la historia política del país. Desde entonces, su labor como activista y defensora de los derechos de las personas LGBTQ+ la ha llevado a participar en foros internacionales y organizaciones que promueven la inclusión y el respeto a la diversidad de género. Gracias a su trabajo, Amaranta ha ayudado a visibilizar las problemáticas que enfrentan las muxes y ha abierto espacios de diálogo en torno a la diversidad de género en contextos tradicionales.
Avances y reconocimientos recientes
Gracias a la perseverancia de la comunidad muxe y de activistas como Amaranta Gómez Regalado, se han logrado importantes avances en el respeto a la diversidad de género. En Oaxaca, se ha visto una apertura creciente hacia los derechos de las personas LGBTQ+, incluyendo la posibilidad de cambio de nombre y género en documentos oficiales. Asimismo, el papel de las muxes ha sido clave en la preservación de la cultura zapoteca, lo que les ha ganado un respeto profundo en la comunidad.
En 2019, durante la celebración de la Guelaguetza, una de las fiestas más importantes de Oaxaca, se incluyó una representación de las muxes, lo que marcó un hito histórico para su visibilidad. Además, eventos como la «Vela de las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro» en Juchitán, que celebran la diversidad de género, son ahora conocidos a nivel nacional e internacional, atrayendo a personas de todo el mundo para conocer esta riqueza cultural.
Las Muxes hoy: Sobrevivir y prosperar en un país de contrastes
Uno de los aspectos más sorprendentes de la historia de las muxes es su capacidad para sobrevivir en un contexto nacional marcado por el machismo. En gran parte, esto se debe a la visión de género de la cultura zapoteca, que tradicionalmente ha permitido una mayor flexibilidad y tolerancia. A pesar de ello, no todas las muxes encuentran la misma aceptación fuera de sus comunidades originarias, lo que refleja la lucha constante por un México más incluyente y justo.
Actualmente, se estima que hay alrededor de 3,000 muxes en la región del Istmo de Tehuantepec, aunque el número puede variar debido a la migración y la falta de censos oficiales. Las muxes representan un símbolo de resistencia y diversidad en la historia mexicana, un recordatorio de que, incluso en contextos difíciles, las identidades pueden florecer y contribuir a la riqueza cultural de un país.
La historia de las muxes es un testimonio de la capacidad de la cultura para adaptarse y evolucionar, integrando la diversidad y el respeto por las diferencias. Su lucha por el reconocimiento y la igualdad ha dejado una huella profunda en la historia de México, mostrando que el respeto y la inclusión son posibles incluso en un entorno tradicionalmente conservador.