La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que buscará incluir la prohibición de vapes en la Constitución Mexicana antes de finalizar el año.
Una medida con doble filo
La propuesta de prohibir los cigarros electrónicos y vapes surge por preocupaciones de salud pública. Sin embargo, expertos temen que esta decisión impulse el mercado negro, controlado por grupos criminales como los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
Actualmente, estos productos están en un limbo legal. Aunque su importación y venta han sido prohibidas en el pasado, estas medidas han sido impugnadas en los tribunales. Una enmienda constitucional haría la prohibición definitiva.
El mercado negro: un negocio millonario
Óscar Balderas, periodista especializado, estima que el 90% de los vapes vendidos en México provienen del mercado negro, con un valor anual de 5 mil millones de pesos. Estos productos llegan de países como China e India, ingresan por Centroamérica y se distribuyen en México tras pagar sobornos.
Además del impacto económico, este negocio fomenta la violencia. Los grupos criminales castigan con dureza a quienes venden sin su permiso.
Salud y regulación: el otro lado del debate
Los vapes del mercado negro son peligrosos por su falta de regulación. Algunos contienen sustancias tóxicas como mercurio, exponiendo a los consumidores a riesgos graves de salud.
Angélica Ospina, académica en reducción de daños, señala que los vapes también son atractivos para los adolescentes debido a su diseño, colores y sabores. Sin embargo, afirma que prohibirlos no resolverá estos problemas. “Prohibir algo no lo hace más seguro, solo lo esconde”, dice Ospina.
¿La regulación como alternativa?
Expertos sugieren que regular los vapes, como ocurre con el alcohol y el tabaco, podría ser una solución más efectiva. Esto implicaría monitorear su calidad, restringir su uso a mayores de edad y gravar su venta.
Además, los impuestos podrían destinarse al sistema de salud, aliviando los costos generados por enfermedades relacionadas con el vapeo. Sin embargo, recuperar el mercado de manos del crimen organizado sería un reto enorme.
Un mercado en tonos de gris
Ospina concluye que no se trata de mercados completamente legales o ilegales, sino de áreas grises. “El objetivo debe ser reducir los daños, no ignorarlos”, señala.