El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, confirmó en la conferencia matutina del 11 de noviembre que el violento ataque al bar Los Cantaritos, en Querétaro, fue resultado de una disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL). El suceso, ocurrido la noche del 9 de noviembre, dejó un saldo trágico de 10 muertos y 11 heridos.
Los hechos: ataque directo en Los Cantaritos
De acuerdo con García Harfuch, tres hombres a bordo de una camioneta gris llegaron al bar Los Cantaritos en Querétaro a las 9:20 de la noche. Uno de los agresores preguntó por un hombre identificado como Fernando, mientras los otros dos hombres armados abrieron fuego directamente contra una mesa. Tras el ataque, los responsables huyeron y posteriormente incendiaron el vehículo en el que se transportaban, dejando una clara señal de violencia en el lugar.
Las investigaciones señalan que Fernando ‘N’, conocido como ‘La Flaca’, fue uno de los objetivos del ataque. Fernando, presuntamente afiliado al CSRL, era sospechoso de reclutar sicarios a través de redes sociales, donde ofrecía pagos a quienes se sumaran al grupo criminal.
Un conflicto que se extiende: de Guanajuato a Querétaro
El enfrentamiento entre el CJNG y el CSRL no es un fenómeno nuevo, ya que ambas organizaciones mantienen una pugna territorial desde el 2017, centrada principalmente en el control del estado de Guanajuato. Sin embargo, la reciente expansión de esta disputa a Querétaro muestra cómo los cárteles están ampliando su ámbito de operación y conflicto.
De acuerdo con la información brindada por García Harfuch, el ataque en Los Cantaritos es el tercer evento de violencia registrado en Querétaro en relación con esta rivalidad entre los dos cárteles. Previo a este incidente, el 7 de noviembre, un ataque en un bar en remodelación en la capital de Querétaro resultó en tres muertos y tres heridos. Esta ola de violencia ha llevado a las autoridades a reforzar la seguridad y colaborar de manera más estrecha con la Fiscalía General de la República (FGR) y la policía local para contener la violencia.
La guerra del huachicol y las drogas: el motor del conflicto
La confrontación entre el CJNG y el CSRL no solo se centra en el control territorial, sino que tiene raíces profundas en el tráfico de drogas y el robo de combustible, conocido como huachicol. Este conflicto ha cobrado miles de vidas y afecta tanto a la seguridad pública como a la economía en las zonas de influencia. El CJNG, conocido por sus tácticas violentas y su rápida expansión, distribuye metanfetamina en Guanajuato en forma de polvo blanco, mientras que el CSRL ha diversificado su oferta con metanfetamina en color azul. Estos distintos productos representan un esfuerzo de ambos grupos para dominar el mercado local.
El huachicol también es un aspecto clave de esta disputa, pues ambos cárteles buscan controlar el robo y venta ilegal de combustibles, un negocio que les aporta ingresos multimillonarios. Este tipo de delitos no solo representa pérdidas económicas para el país, sino también riesgos de seguridad en las comunidades donde los cárteles operan, ya que los constantes enfrentamientos han generado desplazamiento de familias y el temor generalizado en las comunidades afectadas.
Reacción del gobierno: colaboración federal para enfrentar el problema
Como respuesta a estos sucesos, el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, anunció una reunión en la Ciudad de México con el gabinete federal para reforzar la seguridad en el estado y prevenir nuevos episodios de violencia. García Harfuch, en nombre de la administración federal, reafirmó el compromiso de colaboración entre las autoridades federales, estatales y locales, con el fin de restablecer el orden en la región. En Querétaro, un estado que históricamente había sido considerado seguro en comparación con otras entidades, la presencia de estas organizaciones criminales plantea un desafío adicional para el gobierno.
El impacto para los ciudadanos y la importancia de fortalecer la seguridad en Querétaro
La creciente presencia de organizaciones criminales en estados como Querétaro tiene un impacto profundo en la vida cotidiana de sus ciudadanos. Para los queretanos, este tipo de sucesos incrementa la percepción de inseguridad y afecta la confianza en las autoridades. A medida que la violencia relacionada con el crimen organizado se extiende, afecta sectores como el turismo, la economía local y la estabilidad social, generando un ambiente de temor y desconfianza entre los residentes.
El fortalecimiento de la seguridad en estados tradicionalmente pacíficos es clave para evitar que la violencia continúe extendiéndose. Los esfuerzos de coordinación entre el gobierno federal y las autoridades locales serán esenciales para implementar estrategias que no solo enfrenten los crímenes ya cometidos, sino que prevengan futuros ataques. La administración de Sheinbaum ha dejado claro que los ciudadanos deben sentir que están protegidos, y es por ello que la atención a estas pugnas territoriales será una prioridad.
Conclusión
El ataque en el bar Los Cantaritos es un ejemplo más de cómo la violencia entre cárteles afecta directamente a las comunidades y estados del país. La rivalidad entre el CJNG y el CSRL es una batalla que no solo tiene un costo en términos de vidas humanas, sino que afecta la estabilidad económica y social de las regiones que alcanzan. Las autoridades mexicanas enfrentan el desafío de frenar esta escalada de violencia para restaurar la paz y la seguridad en Querétaro y en otros estados afectados.