La reforma judicial en México ha sido uno de los temas más discutidos en los últimos años. Mientras algunos sectores la ven como una oportunidad para fortalecer el sistema de justicia y garantizar una mayor independencia, otros critican aspectos clave, argumentando que podría debilitar la autonomía del Poder Judicial y generar riesgos para la democracia. A continuación, se presentan los principales puntos de vista sobre esta polémica reforma.
El Gobierno Federal: Hacia una Justicia Accesible y Honesta
Desde el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la reforma judicial es vista como un paso necesario para combatir la corrupción y fortalecer la justicia en México. El argumento central es que, durante décadas, el sistema judicial ha sido ineficiente y muchas veces ha protegido a las élites, dejando a los sectores más vulnerables sin acceso a una justicia verdadera.
Entre las propuestas más destacadas se encuentran la creación de mecanismos que faciliten el acceso a la justicia para las clases más desfavorecidas, la digitalización de los procesos judiciales para agilizar los trámites y evitar la corrupción en la administración de justicia. Además, el gobierno asegura que la reforma permitirá que los jueces y magistrados sean más transparente en sus decisiones y se castiguen severamente los actos de corrupción dentro del Poder Judicial.
Para el Ejecutivo, esta reforma es un esfuerzo por democratizar la justicia en el país y llevar el lema de la Cuarta Transformación — “No mentir, no robar, no traicionar al pueblo” — al sistema judicial. El mensaje es claro: la justicia debe servir al pueblo y no a unos cuantos.
El Poder Judicial: La Independencia en Peligro
Desde el Poder Judicial, particularmente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), las posturas son más críticas. Para muchos magistrados y jueces, la reforma propuesta pone en riesgo la autonomía del Poder Judicial, un pilar fundamental en cualquier democracia. La preocupación principal es que las reformas podrían dar más poder al Ejecutivo para influir en las decisiones judiciales, lo que afectaría la imparcialidad y el equilibrio de poderes.
Uno de los puntos más polémicos es la posibilidad de que el Consejo de la Judicatura Federal (CJF), el órgano encargado de supervisar el actuar de jueces y magistrados, reciba más control desde el Ejecutivo. Esto ha generado críticas que ven en esta propuesta un intento de controlar al Poder Judicial desde el gobierno, limitando su capacidad de actuar de manera independiente y convirtiendo el sistema de justicia en un instrumento político.
Los defensores del Poder Judicial argumentan que, si bien hay que mejorar ciertos aspectos del sistema, cualquier reforma que busque alterar su independencia debe ser analizada cuidadosamente, para evitar caer en una justicia controlada por el poder político de turno.

La Oposición Política: Un Golpe a la Democracia
Para los partidos de oposición como el PAN y el PRI, la reforma judicial impulsada por el gobierno es vista como un intento de centralizar el poder y debilitar los contrapesos en el país. Sus representantes han expresado que la reforma no tiene como objetivo mejorar el acceso a la justicia, sino que busca consolidar el control del Ejecutivo sobre otros poderes.
Uno de los temas más discutidos es la propuesta de cambiar el mecanismo de designación de jueces y magistrados, permitiendo que el Presidente de la República tenga mayor influencia en este proceso. La oposición advierte que esto podría llevar a una justicia politizada, donde los jueces actúen bajo presión o siguiendo los intereses del gobierno, más que apegados a la ley.
Desde estos sectores, la reforma judicial es vista como una amenaza a los principios democráticos y una forma de perpetuar en el poder una sola visión política, sin respetar el pluralismo ni la independencia de las instituciones. Además, critican la falta de diálogo y consenso para llevar a cabo estas reformas, que consideran que deberían surgir de un debate más amplio e inclusivo.
Organizaciones Civiles: ¿Un Verdadero Cambio?
Organizaciones de la sociedad civil han ofrecido una mirada más equilibrada y crítica hacia la reforma judicial. Grupos como México Evalúa y Artículo 19 han señalado que, si bien la reforma judicial es necesaria, debe hacerse de manera transparente y consensuada.
Para muchas de estas organizaciones, es fundamental garantizar el acceso a la justicia para todos los ciudadanos, especialmente para los sectores más vulnerables, que históricamente han sido excluidos del sistema judicial. Sin embargo, también reconocen que cualquier intento de reforma debe preservar la autonomía del Poder Judicial y no convertirse en una herramienta de control político.
Estas organizaciones abogan por una reforma que combata la corrupción dentro del sistema judicial y que promueva una verdadera transparencia en la designación y evaluación de jueces. Sin embargo, piden que el proceso de reforma sea más incluyente y transparente, abriendo espacios para el diálogo con todos los sectores de la sociedad.